Hola familia:
Todos hemos oido hablar del ACOSO ESCOLAR y muchas veces lo utilizamos de forma indiscriminada, para cualquier caso. Por eso queremos aclarar términos.
En los centros escolares, por desgracia, se dan muchos momentos de violencia, no es algo excepcional y no hay que alarmarse, aunque si ocuparse de ello. Esto sucede porque los chavales están aprendiendo a relacionarse y a solucionar sus problemas y muchas veces no tienen las herramientas (o conocimientos) adecuados para enfrentarse a ellos. Los centros escolares y las familias debemos trabajar de forma conjunta para educarles con mano firme y mucha psicología. Para cada tipo de situación debemos de actuar de una manera determinada.
¿Cómo saber si mi hijo está siendo actor en una situación de acoso escolar o es una situación de viloencia? Para poder hablar de acoso escolar se deben dar las siguientes condiciones:
1. Las agresiones, en un caso de acoso, no son contabilizables, no hay un número concreto de situaciones a partir del cual se pueda establacer que es acoso, pero si podemos decir que si se trata de un acto aislado estamos hablando de un acto violento. Debe ser una situación prolongada en el tiempo y en la que la víctima se sienta agredida y tema por su integridad.
2. Se debe dar entre iguales del mismo centro, es decir, entre alumnos menores de edad del mismo colegio. Si es entre un adulto y un menor o dos menores de distinto centro estamos hablando de acoso, pero no de acoso escolar y tiene otros protocolos de actuación.
3. Se debe producir o comenzar la situación dentro del entorno escolar, en pasillos, patio, recorrido de casa al colegio, excursiones, etc...
4. Debe de existir una situación de desigualdad, es decir hay un acosador que se siente fuerte y una víctima en una situación de vulnerabilidad. Si los agentes principales son capaces de defenderse, estamos hablando de violencia. Puede que entre ellos haya un conflicto enquistado desde hace tiempo y las situciones de agresión se repitan en el tiempo pero estemos hablando de violencia y no de acoso.
5. Cuando se trata de violencia los chavales no tienen miedo a denunciar y los casos son facilmente detectables, pero en el acoso la víctima se siente amenazada , tiene miedo y le da vergüenza contar lo que le está ocurriendo, del mismo modo los testigos suelen tener miedo a denunciar por temor a ser las próximas víctimas o que su testimonio tenga consecuencias posteriores. Esto hace que los verdaderos casos de acoso sean muy difíciles de detectar, tanto por parte de los padres como de los docentes.
¿Qué tipos de agresiones se pueden dar?
1. Físicas
2. Psicológicas.
3. La más peligrosa: el aislameinto social.
¿Quienes intervienen en el acoso escolar?
1. Agresor.
2. Víctima.
3. Testigos silenciosos: aquellos que son conocedores de las agresiones pero callan.
4. Testigos activos: aquellso que animan a la realización de la agresión, bien para grabarlo o para disfrutar mirando.
En caso de juicio tan responsable del delito es el agresor como los testigos de cualquier tipo.
¿Qué podemos hacer los adultos?
1. Concienciar a nuestros hijos de que es fundamental la colaboración de todos para detectar los casos de acoso, que es importante denunciar, que hablen con aquellos adultos: padres, profesores, tutores, policías con los que se sientan a gusto. Y que tengan muy claro de que si lo permiten y no hablan son cómplices y por lo tanto partícipes del delito.
2. Detectar cualquier cambio de comportamiento en nuestros hijos y analizarlo para saber que hay detrás, puede que esté siendo víctima y no nos lo cuente. Como ya hemos señalado la vícitma suele silenciar y muchas veces pensar que lo que le está ocurriendo es responsabilidad suya y no lo cuenta.
3. Si descubrimos que nuestro hijo es un acosador no desentendernos del tema, hay un motivo para que sea un acosador y hay que trabajar con el. Puede que haya sido víctima previamente, puede que tenga un problema y no seamos conscientes, puede que esté viviendo una situacióntraumática en casa (un divorcio, una pérdida de un familiar...) y su forma de afrontarlo sea esa, debemos darle herramientas para afrontar los problemas de forma adecuada.
4. Hablar con el centro educativo y hacerles conocedores de nuestras sospechas, como hemos dicho en este tipo de casos suele imperar la ley del silencio y los adolescentes saben muy bien como encubrir las cosas y es muy probable que el profesorado no sea consciente de lo que está sucediendo.
Si no nos hacen caso y no se toman medidas, podemos denunciar a la policía, donde activarán los protocolos establecidos.
5. Tratar el tema con la mayor delicadeza posible, estamos hablando de menores de edad, un colectivo vulerable, hacer un circo de la situación, bien sea a las puertas del colegio o denunciar ante los medios de comunicación no beneficia para nada a ninguno de los agentes implicados, hay un protocolo de actuación marcado por la ley, estudiado y que es eficaz, que debemos respetar y seguir.
Lo más importante es concienciar a los adolescentes de que hablen, que no callen y se conviertan en complices, es la única manera de poner solución.
YO CONTIGO, TÚ CONMIGO ¡VIVE ESTA AVENTURA!