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martes, 24 de abril de 2018

CUANDO TINDER SE LLAMABA #IRC

Hola familia:



El otro día, hablando con los alumnos, alucinaban al saber que a su edad no teníamos móviles, ni ansiábamos tenerlos, simplemente porque no sabíamos que existían, se quedaron alucinados y pensando...: pero, si tu no eres tan vieja...

Al salir de la clase recordé aquel momento en la EGB, en el que una compañera llegó diciendo que habían comprado un ordenador en casa, a partir de ese momento ibamos siempre a su casa a hacer los trabajos (Para quedar lo hacíamos por teléfono fijo y cuando se hacía la hora rezabas para que la otra persona no se hubiera olvidado), aquello era basicamente una máquina de escribir con pantalla en la que no hacía falta usar tipex, pero que chulos quedaban los trabajos con aquellas portadas hechas con WordArt, las imágenes predeterminadas que incluia el Word y el texto alineado ¡Era lo más! Luego claro guardabas el trabajo en un disquette (en el que hoy no cabría ni una foto y que revisabas con el antivirus pand) donde tenías almacenados todos los trabajos.

Poco a poco fueron apareciendo ordenadores en el resto de casas, pero ojo, era el ordenador de papá; solo se podía usar para pasar los trabajos y el corta-pega de los trabajos de BUP era nada más y nada menos que transcribir la información de la enciclopedía, libro de texto y/o revista al ordenador. Por lo menos había que leer y copiar, no como ahora que es seleccionar de wikipedia y pegar; ya ni siquiera hacen el esfuerzo de leer, pero los profes ya sabían que no habíamos hecho el esfuerzo de  buscar en varios sitios, ni reescribir el texto con nuestras palabras.

Como olvidar aquella extra extraescolar llamada INFORMÁTICA, que parecía lo más, pero luego era tan tostón como mecanografía. "Debeís ser capaces de escribir sin mirar el teclado" (A día de hoy aun sigo mirando el teclado).

Llegó la época de la universidad y con los primeros trabajitos conseguías comprarte aquel one touch de Alcatel o el Nokia 6160, con tarjeta prepago que recargabas de 5 en 5 euros y que te los pulias hablando por sms con el chic@ de turno, que con 160 caracteres (menos que el twiter) desarrolló toda una técnica de lenguaje con abreviaturas y eliminar espacios a base del uso de mayúsculas al inicio de cada palabra, que riete tú de los mensajes encriotados del sevicio secreto británico.

Y por supuesto la tan ansiada sala de ordenadores, con acceso a internet, el más rápido del oeste en aquel momento (porque el afortunado que conseguía que sus padres pusieran conexión a internet en casa podían dormirse entre búsqueda y búsqueda con el explorer o terra). Aquella bendita aula, llena de Macintosh (los antiguos Ipad) en los que te creabas tu primera cuenta de correo electrónico, porque ya eras mayor de edad y a la que no íbamos para hacer trabajos o consultas en la red, NO, vamos a ser sinceros, era el momento del día en el que te conectabas al canal #IRC de turno para conocer a gente, vamos el tinder de la edad de piedra. Si, así conocíamos a gente a través de las redes en aquel momento.

Bueno y me he dejado un montón de inventos que fueron lo más en su momento, pero que quedaron desfasados rapidamente por el avance de móviles y tablets : los buscas, la agenda digital, las cámaras digitales, el PC portátil con impresora incorporada, la blackberry, el tom tom, etc...

Los avances tecnológicos iban poco a poco y nosotros nos íbamos adaptando a ellos, pero todo cambió cuando empezamos a trabajar, aparecieron los smartphones, las tablet, los pen drives, las redes sociales...

Aún me acuerdo cuando en 2009 me abrí mi cuenta de facebook ¡Era una pasada! Podías contactar con personas que estaban muy lejos o que hacía años que no veías y todo el mundo publicaba su estado de ánimo y experesaba sus opiniones, hasta que te dabas cuenta de que era un tremendo error que te causaba muchísimos problemas o cuando allá por el 2008 adquirí mi primer smartphone y descubrí la maravilla que era aquello de escribir sin límites de caracteres, ni de mensajes ¡La tarifa plana! y, a la vez, la cantidad de discusiones tontas que provocaban aquellas conversaciones sin la comunicación no verbal.

Descubrir que con un simple click en la palma podías reservar vuelos, consultar tu correo, buscar infomación, comprar cualquier producto al instante, que te indiquen la mejor ruta para llegar a tu destino... Un sin fin de posibilidades incimaginables, con problemas igualmente inimaginables...

¿A QUE ESTA HISTORIA TE SUENA?


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